Tras ocho años de reivindicación recibimos encantados la noticia de que el ayuntamiento de Tarancón cumplirá lo prometido y empezará la rehabilitación del edificio del Hospital de Santa Emilia, Hospitalillo, a través de un taller de empleo, materializando con rapidez lo que habían anunciado. Igualmente buenas son las del cerramiento del perímetro del edificio, lo que per se supone un freno inmediato al vandalismo que desde su cierre ha sufrido. Buenas noticias que se cumpla lo prometido y mejores que no se pierda otra pieza de nuestro ya diezmado patrimonio, nuestra reivindicación esencial desde el principio, tan acostumbrados a perderlo que salvar un edificio se convierte en una muy bienvenida anomalía. Esperemos sea el inicio de una tendencia.
Siempre hemos reconocido que el equipo dirigido por J.M. Carrizo ha sido el único en dar pasos en pos de la conservación del edificio, declarado tras nuestra solicitud bien de Interés histórico el pasado mes de enero. Siempre hemos denunciado la lentitud en dar estos pasos, así que es de alabar la premura de las decisiones y acciones tomadas y la capacidad de diálogo mostrada.
Tenemos que agradecer también a todos los que han cogido los pinceles y sprays para pintar cuadros o murales, a los que brochas y rodillos para pintar la valla. Pluma para escribir relatos que se han regalado al público; azadones, palas y rastrillos para limpiar, tijeras para podar. Al maestro de la llana y la paleta. A los plantadores de flores, a los cantantes y oradores. A todos los que han colaborado en esta tarea, y muy especialmente a Ernesto Viñas, el primero que empezó a empujar para que no se hundiera el hospital en 2011, y que ha seguido hasta ahora. Gracias a todos los firmantes de nuestra petición, de aquí y de medio mundo.
Conciudadanos, congratulémonos porque ya no se pierde el hospital.
